Arjen de Winter
Es holandés, tiene una colección de quimonos única en el mundo y conoció la
Argentina en 2002, en plena crisis y cacerolazos. "En ese momento me llamó la
atención la amabilidad de la gente a pesar del difícil momento. Era obvio que
todo iba a estallar. Si en Holanda los bancos se quedaran con el dinero de uno,
supongo que el caos sería tal vez mayor. La cosa es que Buenos Aires me gustó,
especialmente la gente, los edificios y las medialunas de grasa. Pero apenas
decidí instalarme el año último", comenta Arjen
de Winter con acento manchego, ya que los últimos cuatro años residió en Madrid.
Winter, de 46 años, experto en informática, vivió en Londres y recorrió
el mundo entero tras sus tesoros. "Siempre fui un enamorado de la cultura
japonesa y los quimonos eran mi gran obsesión. Leí mucho, viajé a Japón y
comencé a comprar algunas piezas. Después, todo se fue dando. Hoy atesoro
centenares de trajes únicos, y hasta tuve el orgullo de exponer algunos en
Londres, en el Victoria & Albert Museum."
Explica Winter que el
quimono no es exclusivamente el vestido largo de seda con cinturón ancho, sino
que existe una gran variedad para distintas ocasiones. "Quimono significa ropa
originaria de Japón. Está el que es para solteras, con manga larga (furisode),
el saco de abrigo –ligeramente diferente entre hombres y mujeres– (haori), los
que tienen dibujos en la parte inferior y son exclusivos de las mujeres casadas
(tomesode), el que es como un edredón que se usa para dormir (yogi), y
muchísimos más. El tema es apasionante, y compruebo que no sólo para mí. La
exposición que acabo de hacer en el Jardín Japonés fue un éxito", dice.
En Buenos Aires, Winter se dedica a organizar muestras, escribe
artículos para revistas del mundo, vende quimonos modernos y asesora a japoneses
que eligen casarse con ropa típica. "Hago toda la producción del vestuario de la
ceremonia, ya que también tengo las pelucas originales y los accesorios
apropiados. También me piden material, información y asesoramiento para campañas
publicitarias, películas y teatro. He colaborado en muchos films y, como
consecuencia, conocí gente estupenda. El actor Vigo Mortensen, por ejemplo. El
vivió los primeros años de su vida en la Argentina y es un enamorado de estas
tierras. Me habló del campo, de San Lorenzo de Almagro, el dulce de leche, y un
día me sorprendió ofreciéndome un alfajor."
Aunque no soporta el
tránsito, afirma que por el momento no piensa mudarse de esta ciudad. "Cruzar la
calle es una odisea y ni quiero imaginar lo que sería subirse a un auto. Ni por
casualidad se me dio por manejar. Prefiero caminar, aunque reconozco que soy
bastante injusto con mi cuerpo. A duras penas voy a natación un par de veces por
semana y me encanta comer todo lo que no se puede o hace mal, como la pasta de
maní. ¡Es que se vive una sola vez! Lo que no me importa en absoluto es el
fútbol. Hace unos días me enteré por casualidad de que Holanda ya no estaba en
el Mundial."
Flavia Fernández
Winter exprés
Visión: "Me quedo
en Buenos Aires porque me encanta la amabilidad de la gente. Ustedes quizá no se
dan cuenta, pero el extranjero se siente muy contenido en este lugar. En Madrid,
de donde vengo, la cosa está diferente. El tema de los inmigrantes los ha hecho
más intolerantes, estresados y desconfiados. Y acá es todo lo contrario".
Sueño: "Nada me haría más feliz que tener mi pequeño museo de
quimonos, ya que de colección tengo más de trescientos. Este sueño me encantaría
concretarlo en la Argentina. Yo no soy un coleccionista egoísta. Me pasa que me
desespero por mostrar lo que tengo, poder compartir tanta belleza".
Adicción: "El primer quimono lo compré en Londres, en la década
del 80. Después no pude parar. En Japón me dicen que tengo un ojo especial y he
hecho muchos amigos. Por un lindo quimono hago cualquier cosa. He viajado a
Islandia para dar con un buen ejemplar, y eso que no soy rico. Pero se
transformó en una adicción".
Predilecto: "Es difícil elegir uno
en semejante colección, pero hay piezas muy especiales. Tengo un quimono de
teatro kabuki de 1900, con un tigre y un dragón bordados, que es muy valioso".